TRAGEDIA SILENCIOSA
“Cuando una mujer es agredida, se obstaculiza su desarrollo humano”, dijo Ruth Flórez, Gestora Social de la Alcaldía de San José de Cúcuta, para explicar una de las principales consecuencias del maltrato a cientos de mujeres en la ciudad.
La violencia contra la mujer, es la más grande violación a los derechos fundamentales del ser humano. Ésta adopta diferentes formas, como la violencia en el hogar, las violaciones, la trata de mujeres, la prostitución forzada y el maltrato con insultos, ofensas, amenazas y cualquier tipo de abandono económico y emocional.
Luego de numerosos procesos penales, se ha determinado que también la infidelidad, los celos, la desconfianza, la dependencia económica, el alcoholismo y la drogadicción son generadores de conflictos en el hogar.
En Cúcuta es frecuente que mujeres entre los 20 y 50 años vivan sometidas a estos tipos de tratos, sin importar si son solteras, casadas o en unión libre. En el 2009, los meses con más índice de maltrato fueron febrero y septiembre con 59 y 63 casos. Los barrios La Libertad, de la Comuna 3 y San Martín, Aniversario y Torcoroma, en la Comuna 4, son los que más casos registran, según la Comisaría de Familia y la Casa de Justicia y Paz.
En el 2009, 100 hombres renunciaron maltrato. En el 2010, se han registrado 292. Aunque son víctimas de la violencia y sus números aumentaron más del doble en los últimos dos años, es imposible relacionarlo con los casos en contra del género femenino. Las cifras en el 2009, indicaron que 557 casos fueron contra la mujer, y 390 en el 2010. Referente a este tema sólo hay una triste conclusión. Si se permite la repetición del uso de la fuerza y el abuso de poder, la violencia y el maltrato continuarán.
657 es el total de casos de violencia intrafamiliar en el año 2009. En los 8 primeros meses del 2010, han denunciado 682 casos. Enero y agosto son los meses con mayor índice de casos.
LAS MUJERES NO DENUNCIAN
“Es lamentable que las cifras sólo logran abarcar el 20 por ciento de los casos. Se ha comprobado que el 80 por ciento de maltratos no es denunciado por las mujeres, porque temen que las parejas abandonen el hogar”, aseguró la Gestora Social.
Parte del silencio se sustenta en las amenazas que reciben de parte del agresor: abandonarlas, quitarles los hijos y retirarles el apoyo económico. El miedo de no saber a dónde ir, la pena que sienten por ser víctimas, el sentimiento de culpabilidad que las hace creer que son merecedoras del abuso y el temor a una separación, son las causantes de ese 80 por ciento de silencio ante la tragedia.
“Aunque muchas no denuncian por las razones que se acaban de mencionar, otras no lo hacen porque creen que respondiendo con golpes a la agresión, sobre todo las mujeres jóvenes, están solucionando todo. Estas agresiones dejan secuelas en el 85 por ciento de las maltratadas. Los moretones, las heridas profundas o los huesos rotos son evidencias de esto”, afirman los registros en la Secretaria de Equidad y Género. En muchos casos el maltrato ocurre durante el embarazo, provocando un aborto o la pérdida del feto.
Además de que el maltrato es considerado una barrera para el desarrollo humano, también representa un bloqueo en el desarrollo económico, político y social. Cualquier acto que produzca o cause daño físico, psicológico o sexual, incluyendo las amenazas y la privación injusta de libertad, es una violación de los derechos fundamentales que las mujeres tienen, y a los que nunca pueden renunciar.
HAY LEYES QUE LAS PROTEGEN
Se han aprobado en el Congreso de la República, leyes encaminadas a la protección de las mujeres y niñas frente a la violencia física, sexual y psicológica ejercida por un miembro de la familia. Dos son los sistemas normativos que protegen a las mujeres y a las víctimas de la violencia doméstica.
El primero, es el sistema penal (Código Penal y de Procedimiento Penal). A segundo, el sistema de protección frente a la violencia intrafamiliar (Ley 294 de 1996, modificada por la Ley 575 de 2000 y por el proyecto de la Ley 302 de 2007 Cámara-171 de 2006 “Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra la mujer, se reforman los Códigos Penal, de Procedimiento Penal, la Ley 294 de 1996 y se dictan otras disposiciones).
Es indispensable que las mujeres conozcan las normas que las protegen, para que dejen de ser víctimas de maltratos. Además, las violentadas deben actuar rápido, conocer las orientaciones que el CAVIF (Centro de Atención a la Violencia Familiar), la Casa de Justicia y paz, la Comisaria de Familia y la Secretaría de Equidad de Género les pueden dar acerca de los procesos que deben seguir en contra de los agresores.
PROYECTOS QUE CONTRIBUYEN A LA IGUALDAD
Las violentadas deben ser partícipes de los numerosos proyectos que buscan contribuir a la igualdad de oportunidades y que mejoren la calidad de vida.
La secretaría de Equidad y Género, capacita mujeres cabezas de familia en belleza, cocina, bordado y tejido, entre otros, ofreciéndoles la materia prima que se requiera, con el objetivo que creen microempresas, para que sean organismos activos y participativos del municipio.
Para no obstaculizar el desarrollo humano de las mujeres cucuteñas, hay que trabajar. No se puede permitir que las mujeres sigan sufriendo hasta quedar completamente destruidas, y mucho menos dejar que no tomen las debidas cartas en el asunto. La Alcaldía les ofrece capacitaciones para que se desenvuelvan laboralmente y que se haga viva su participación ciudadana para fortalecer procesos organizativos en pro de las mujeres del municipio. ¿Por qué no entendemos que una mujer pisoteada en lo más íntimo de su ser pueda explotar y volverse violenta? No hay que esperar hasta llegar a eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario