sábado, 4 de junio de 2011

Considerando las campañas que motivan al ejercicio físico, como montar en bicicleta, caminar, trotar, patinar, en fin todo lo que se nos ocurra en beneficio de la salud, es importante contar con sitios aptos para esto.
Es lamentable que Cúcuta, la ciudad verde, con un espectacular sitio como es la Avenida del Río en toda su dimensión, donde se invita a toda la ciudadanía a recorrerla a lo largo de su extensión, con el ruido encantador del Pamplonita a su paso, no sea valorada en todo su esplendor como escenario deportivo de todas aquellas personas, que día a día, con el despertar del alba, se lanzan a una aventura, sin considerar el peligro que esto representa. Por eso, aunque resulte contradictorio hablar bellezas de un sitio para luego considerarlo peligroso tiene su razón.
Es inconcebible que esta avenida con gran flujo vehicular contenga puntos negativos sin doliente, porque ninguna autoridad, ni siquiera las ambientales, prestan atención a todos los problemas que allí se presentan. Se puede comenzar con la cantidad de volquetas que no sólo van desmadrando el río robándole su esencia, sino que destruyen la vía de acceso al río como sardineles y andenes, sumándole a esto el peligro representado en la carrera desenfrenada de estos irresponsables al volante.
No conformes con esto las zonas verdes muestra descuido y desidia sin que autoridad alguna vele por su mantenimiento, ¿dónde están?, esa es la pregunta de muchos,  pues ese abandono ha ido invadiendo no sólo las vías peatonales sino también los lotes abandonados alrededor de la vía, generando un ambiente apropiado para atracos a las personas que allí acuden a hacer sus caminatas.  
Qué decir de los animales muertos que duran días y días soportando el paso de cada carro que los va despareciendo sobre el asfalto. Agregando a éste panorama los desechos y la basura que bordea la vía y es alojada en los lotes abandonados, contaminando visualmente el paso de los que por allí transitan; reflexionando también de las personas que habitan en la rivera del río, quienes sorprenden con el inicio de la venta de comidas rápidas que ya funciona, y que ha motivado el montaje otros  aumentando así la competencia.
Para terminar no pueden quedar por fuera los hijos de papi; aquellos que ponen en peligro no sólo su vida, sino la de otras personas con los famosos “piques”, que forman parte de su diversión noche tras noche sin que la “autoridad” se digne a aparecer para frenar ese derroche de licor y rumba.
 Lamentablemente la Avenida del Río lejos de ser nuestro orgullo es sinónimo de abandono, peligro y olvido. Ojalá le aparezcan dolientes y por supuesto autoridades.

LOS DESTROZOS DEL INVIERNO


Las lluvias no paran y sus consecuencias tampoco. El invierno llegó al país con un rigor fuerte y devastador.
En la mayoría de las regiones del país, se aumentan día a día los perjudicados por este fenómeno, que ha sido implacable  por la intensidad con la que aparece, destruyendo vías y casas,  y dejando pérdidas a su paso.
Norte de Santander es uno de los departamentos más afectados. La población que habita en zonas como montañas y diferentes terrenos que son considerados de alto riesgo son los principales damnificados, pues además de quedar sin viviendas, son afectados por un sin número de enfermedades, requiriendo entonces de un apropiado servicio de salud.
Se han afectado de igual manera los sistemas de acueducto y cientos de cultivos que se han perdido por las inundaciones.
Pero el mayor daño causado por las incesantes lluvias en el departamento, son los destrozos que las vías han sufrido, la cuales son indispensables para el correcto desplazamiento del flujo vehicular y por supuesto para el cuidado de los automóviles.   
El Secretario de Infraestructura calcula que para solucionar este deterioro vial se necesitan $20.000 millones, por ello se aspira que de los $30.000 millones que el Gobierno Nacional va a otorgar a todo el país para los arreglos, se le conceda al departamento una cuota alta, pues la situación exige y necesita mucho más de lo que hasta ahora se ha destinado.
El deterioro de las vías ha ocasionado un caos, pues muchas de ellas están bloqueadas, dejando a muchas poblaciones, especialmente las rurales incomunicadas. Se requiere urgentemente de un plan de reactivación de vías para lograr estabilizar y normalizar las rutas de trasporte, pensando también en las nuevas propuestas de infraestructura vial que se requiere en la región.

CALOR, ALEGRIA Y RUMBA: LA HISTORIA DE TATIANA
Dentro del carro, todo parecía muy tranquilo. Observaba detenidamente, pero un poco temerosa, aquel sector de la ciudad. Los letreros en las esquinas me indicaban, que estaba en las calles sexta y séptima, con las mismas avenidas. Por mi ventana podía observar gente apasionada vendiendo sus productos, desechos por doquier, y cientos de personas que caminaban sin parar, comprando aquí y comprando allá.
En la puerta de los locales, estaban sus dueños ordenando y supervisando todo, y al lado sus empleados ofreciendo lo del local. Seguí dando varias vueltas, y cerca al terminal, me causó curiosidad, esas pequeñas puertas, donde entraban hombres casi cubriéndose el rostro, pero que todos allí saludaban con familiaridad. Me detuve y decidí ir a averiguar de qué se trataba eso.
Cuando me bajé del carro, estaba nerviosa, pues la incertidumbre de saber que estaba en ese sitio sola, y sin conocer, no me dejaba tranquila y me sentía perturbada. Caminé rápido, frente a la mirada intimidadora de todos, comentarios fuertes llegué a escuchar a mi paso, y a varios policías pude observar.
A las afueras de esos sitios, había muchos colores en los avisos, imágenes de “chicas” despampanantes en ellos, nada comparado con la realidad, música de todos los estilos y géneros, y demasiadas  mujeres en los andenes iniciando labores cerca a las 6:00 pm. Ellas estaban ataviadas con sus mejores galas, apropiadas para su trabajo, y una mezcla indescifrable de perfumes fluía alrededor de ellas.  Era el ambiente apropiado para ofrecer a sus clientes sus servicios. Todo allí se conjugaba en calor, alegría y rumba.
Una de esas tantas puertas llamó mi atención. El letrero un poco pálido y sencillo, comparado con los demás, pero en la entrada del negocio una paisa, muy atenta comenzó a hablar. Su nombre es “Tatiana”, bueno, al menos así la conocen allá. Me invitó a seguir, y señaló un pasillo con luz roja, lleno de espejos y fotografías. Caminé por allí, miré mi reloj, eran exactamente las 6:15 pm. Al final, crucé al lado izquierdo y encontré un gran salón. Luces de todos los colores, más de 15 mujeres sentadas y posando a sus clientes, muchas mesas de madera gruesa y un dj que amenizaba la noche. Tatiana se adelantó y abrió una puerta pequeña, al cruzarla me encontré con muchas habitaciones, allí nos sentamos a hablar.
Es una mujer de 1.60 de estatura, de cabello rubio y corto, que no tiene un cuerpo esbelto, pero su carisma la hace sobresalir entre las demás. Ella comentó que nació en Medellín hace 34 años, de los cuales lleva 7 trabajando en la prostitución. En sus ojos se podía observar cierta resignación ante este oficio, y un alto grado de pena y timidez al hablar conmigo sobre este tema. Asegura que lo hace por necesidad, pues desea que a su hijo Jonathan, de 13 años, que vive en Medellín con familiares suyos y quien es inocente de su trabajo, no le falte nada. El cree que su mamá aún se dedica  a las exposiciones equinas, como lo hacía hace muchos años.  Ella le da credibilidad a esto cuando le muestra el carnet que la acreditaba. Es fácil que él le crea, porque las exposiciones equinas es para viajar y permanecer mucho tiempo fuera de la ciudad, y así justifica 2 o 3 meses de ausencia.
Luego de unos minutos, agacha su cabeza y dice: “ehh ave maría, no te imaginas lo difícil que es esta vida. Estar con personas que uno no conoce, que uno no sabe quiénes son. Para mi es una buena salida, no soy una persona estudiada, no tengo una carrera, y hoy en día necesita uno papeles y estudio para todo. Este trabajo se convirtió en la única solución para el sustento de mi hijo. Toda mi familia me critica horrible, no me apoyan para nada, pero tampoco me ayudan. No creas este trabajo no es cualquier cosa, nosotras salimos de las piezas organizadas, nos sentamos en las mesas,  y pues ahí llegan los clientes y ya ellos nos escogen, nos llaman y ahí comienza todo. Ellos nos preguntan cuánto cobramos, por ejemplo acá se cobran 30000 mil pesos, de los cuales 5000 mil son de habitación y 25000 mil para uno. Saca cuentas, pueden ser 8 o 10 en un día. Poco a poco me irás entendiendo”.
En esta profesión se corren muchos riesgos, por ello, estas mujeres son sometidas al llegar a exámenes, para controlar que no sean portadoras de enfermedades de transmisión sexual, “todas las niñas que quieran, llegan a trabajar acá y el mismo día las llevan al médico, luego las llaman y entregan los resultados y ahí dicen si pueden o no trabajar. Nosotras acá no estamos fijas, nos quedamos mínimo un mes como obligación, pero si queremos quedarnos 2 o 3 meses, es decisión de cada una, siempre y cuando produzcamos. Los dueños nos dan los pasajes, la estadía, nos dan dos comidas y unas “fichas”,  que en las noches al cerrar el negocio nos cambian por efectivo”.
Llevábamos hablando poco más de 20 minutos, pero sentí que el tiempo pasaba muy rápido, me sorprendió que ya eran las 6:40 pm. En ese momento, aquella puerta se abría una y otra vez, parejas entraban y salían, y un olor fuerte comenzó a incomodarme. Tatiana al ver mi rostro me dijo: “tranquilízate muñeca, que acá algunas compañeras tienen sus vicios, ese por ejemplo es de la “flaca” a ella le encanta la marihuana”, ¿marihuana? ¿Acaso también consumes? Le pregunté inmediatamente. ¡No! Me respondió enseguida, yo a eso no le jalo, por ello es que casi nunca estoy en corrillos, a las que les gusta se la pasan reunidas, y guerreando entre ellas”.
Pasó el tiempo muy rápido, salí de aquella habitación a las 7:35 pm, hablamos sin parar, casi como dos viejas amigas que se encontraban después de mucho tiempo sin hablar. Era increíble cómo me sentía; “Tatiana”, había llegado a contarme gran parte de su vida, desde la muerte de su madre hace 7 años, hasta la separación de su esposo, obviamente después de aguantarle las más bestiales golpizas,  las peores humillaciones y las más grandes necesidades.
La invité a tomar algo y cerca de las 8:00 pm me despedí de ella. Me dirigí rápido a sacar el carro del parqueadero. Mientras manejaba no dejaba de pensar en cada historia que estas mujeres tienen para contar. Nosotros las juzgamos si pensar, pues es fácil asimilar que entre copas, dinero y calor, muchas cosas indignas pueden pasar, pero son muy pocas las personas que al igual que yo se detienen a conocer que sucede allí en realidad. 
  TRAGEDIA SILENCIOSA
 “Cuando una mujer es agredida, se obstaculiza su desarrollo humano”, dijo Ruth Flórez, Gestora Social de la Alcaldía de San José de Cúcuta, para explicar una de las principales consecuencias  del maltrato a cientos de mujeres en la ciudad.
La violencia contra la mujer, es la más grande violación a los derechos fundamentales del ser humano. Ésta adopta diferentes formas, como la violencia en el hogar, las violaciones, la trata de mujeres, la prostitución forzada y el maltrato con insultos, ofensas, amenazas y cualquier tipo de abandono económico y emocional.
Luego de numerosos procesos penales, se ha determinado que también la infidelidad, los celos, la desconfianza, la dependencia económica, el alcoholismo y la drogadicción son generadores de conflictos en el hogar.
En Cúcuta es frecuente que mujeres entre los 20 y 50 años vivan sometidas a estos tipos de tratos, sin importar si son solteras, casadas o en unión libre. En el 2009, los meses con más índice de maltrato fueron febrero y septiembre con 59 y 63 casos. Los barrios La Libertad, de la Comuna 3 y San Martín, Aniversario y Torcoroma, en la Comuna 4, son los que más casos registran, según la Comisaría de Familia y la Casa de Justicia y Paz.
En el 2009, 100 hombres renunciaron maltrato. En el 2010, se han registrado 292. Aunque son víctimas de la violencia y sus números aumentaron más del doble en los últimos dos años, es imposible relacionarlo con los casos en contra del género femenino. Las cifras en el 2009, indicaron que 557 casos fueron contra la mujer, y 390 en el 2010.  Referente a este tema sólo hay una triste conclusión. Si se permite la repetición del uso de la fuerza y el abuso de poder, la violencia y el maltrato continuarán.
657 es el total de casos de violencia intrafamiliar en el año 2009. En los 8 primeros meses del 2010, han denunciado 682 casos. Enero y agosto son los meses con mayor índice de casos.
LAS MUJERES NO DENUNCIAN
“Es lamentable que las cifras sólo logran abarcar el 20 por ciento de los casos. Se ha comprobado que el 80 por ciento de maltratos no es denunciado por las mujeres, porque temen que las parejas abandonen el hogar”, aseguró la Gestora Social.
Parte del silencio se sustenta en las amenazas que reciben de parte del agresor: abandonarlas, quitarles los hijos y retirarles el apoyo económico. El miedo de no saber a dónde ir, la pena que sienten por ser víctimas, el sentimiento de culpabilidad que las hace creer que son merecedoras del abuso y el temor a una separación, son las causantes de ese 80 por ciento de silencio ante la tragedia.
 “Aunque muchas no denuncian por las razones que se acaban de mencionar, otras no lo hacen porque creen que respondiendo con golpes a la agresión, sobre todo las mujeres jóvenes, están solucionando todo. Estas agresiones dejan secuelas en el 85 por ciento de las maltratadas. Los moretones, las heridas profundas o los huesos rotos son evidencias de esto”, afirman los registros en la Secretaria de Equidad y Género. En muchos casos el maltrato ocurre durante el embarazo, provocando un aborto o la pérdida del feto.
Además de que el maltrato es considerado una barrera para el desarrollo humano, también representa un bloqueo en el desarrollo económico, político y social. Cualquier acto que produzca o cause daño físico, psicológico o sexual, incluyendo las amenazas y la privación injusta de libertad, es una violación de los derechos fundamentales que las mujeres tienen, y a los que nunca pueden renunciar. 
HAY LEYES QUE LAS PROTEGEN
Se han aprobado en el Congreso de la República, leyes encaminadas a la protección de las mujeres y niñas frente a la violencia física, sexual y psicológica ejercida por un miembro de la familia. Dos son los sistemas normativos que protegen a las mujeres y a las víctimas de la violencia doméstica.
El primero, es el sistema penal (Código Penal y de Procedimiento Penal). A segundo, el sistema de protección frente a la violencia intrafamiliar (Ley 294 de 1996, modificada por la Ley 575 de 2000 y por el proyecto de la Ley 302 de 2007 Cámara-171 de 2006 “Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra la mujer, se reforman los Códigos Penal, de Procedimiento Penal, la Ley 294 de 1996 y se dictan otras disposiciones).
Es indispensable que las mujeres conozcan las normas que las protegen, para que dejen de ser víctimas de maltratos. Además, las violentadas deben actuar rápido, conocer las orientaciones que el CAVIF (Centro de Atención a la Violencia Familiar), la Casa de Justicia y paz, la Comisaria de Familia y la Secretaría de Equidad de Género les pueden dar acerca de los procesos que deben seguir en contra de los agresores.
PROYECTOS QUE CONTRIBUYEN A LA IGUALDAD
Las violentadas deben ser partícipes de los numerosos proyectos que buscan contribuir a la igualdad de oportunidades y que mejoren la calidad de vida.
La secretaría de Equidad y Género, capacita mujeres cabezas de familia en belleza, cocina, bordado y tejido, entre otros, ofreciéndoles la materia prima que se requiera, con el objetivo que creen microempresas, para que sean organismos activos y participativos del municipio.
Para no obstaculizar el desarrollo humano de las mujeres cucuteñas, hay que trabajar. No se puede permitir que las mujeres sigan sufriendo hasta quedar completamente destruidas, y mucho menos dejar que no tomen las debidas cartas en el asunto. La Alcaldía les ofrece capacitaciones para que se desenvuelvan laboralmente y que se haga viva su participación ciudadana para fortalecer procesos organizativos en pro de las mujeres del municipio. ¿Por qué no entendemos que una mujer pisoteada en lo más íntimo de su ser pueda explotar y volverse violenta? No hay que esperar hasta llegar a eso.